Oficios desaparecidos. El tinajero

Mª Dolores López-Tercero Sánchez.- Aunque es un oficio que ha perdido mucha fuerza, considerándose como algo antiguo, aún en la actualidad aún existen algunos artesanos tinajeros, resistiéndose a la fabricación de este elemento de forma mecánica, para el que se emplearían nueva tecnologías.

Pero, si quieres saber más sobre este oficio, te invitamos a seguir leyendo.


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Los focos donde se podían localizar los maestros tinajeros, dependían de la situación de los yacimientos de arcillas, material con el que se elaboran las tinajas y que era extraído mediante pozos de varios metros de profundidad.

Este material era tratado y preparado, mediante mezclas con agua y arena, hasta formar una masa lisa y firme.

El barro era aireado, y molido, mediante las técnicas de palanca (triturado con golpes de palanca) y de rodillo (molido con un rodillo de piedra que era puesto en funcionamiento con un animal de tiro). Tras este proceso, se transportaba, con espuertas, hasta un pilón de agua, donde era bien empapado y batido a mano por el tinajero.

Posteriormente, era llevado al lugar de trabajo del artesano, extendiéndose con un tendeor, instrumento propio de este oficio, y dejándolo reposar hasta el día siguiente.


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Pasada la noche, el artesano, trabajaba la arcilla con sus pies; y más tarde, llevada a los cuartos (naves rectangulares), donde se le comenzaba a dar forma a la tinaja, partiendo de la base de las mismas.

Para fabricar la tinaja tal cual la conocemos, se hacía mediante un sistema de unión de rollos de arcilla, puestos unos sobre otros, desde la base, y tratándolos para conseguir una unión perfecta entre ellos.

Ya terminada la tinaja, se la dejaba reposar en la nave, hasta que estuviera totalmente seca. Después, era expuesta al sol en un patio para, más tarde, ser introducidas en el horno, donde cocerían durante siete días. Pasado este tiempo, y con el horno ya frío se procedía a la extracción de las mismas, para lo que se necesitaba un grupo de hasta veinte hombres.


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Todo el proceso de elaboración de las tinajas se llevaba a cabo durante unos nueve meses, tiempo en el que se fabricaban numerosas piezas.

Actualmente, aunque es un oficio en vías de extinción, aún existen algunos artesanos tinajeros.

Dentro de la geografía española, uno de los pueblos manchegos de mayor relevancia en la fabricación de tinajas es Villarrobledo, municipio en el que, debido a su larga tradición, de cuatro siglos de este oficio, en el año 2008 se inauguró el Centro de Interpretación de la Alfarería Tinajera.

En la imagen a la derecha: Tomás Fernández Moreno «tomason»