Oficios desaparecidos.- El cazador de ratas

Mª Dolores López-Tercero Sánchez.- Calles por las que corren pequeños arroyos que llevan, entre sus aguas, restos de orines y heces, deshechos que son arrojados cada día de las casas con el fin de que la corriente los lleve a las afueras de la población o, en el peor de los casos queden estancados en la calle creando males olores y enfermedades, pero nunca dentro de las casas, a no ser que se contara con un pequeño vertedero en el interior de la misma.

Pero, este último caso tan sólo ocurría en los pueblos, y no en las grandes ciudades donde apenas queda espacio para criar gallinas.


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Y todo esto, era sólo un pequeño aliciente para la propagación de enfermedades, en algunos casos mortales, y de la mala higiene, dando como resultado la aparición de insectos portadores de epidemias, así como de un animal altamente temido por todos, debido a todos los males que acarreaba: la rata.

Con la propagación de las ratas en las ciudades, y con ellas las enfermedades que portaban, se popularizó en el siglo XIX el oficio de cazador de ratas, aunque en realidad ya existía con mucha anterioridad a dicho periodo.

Su modo de actuar era cazar los roedores con la ayuda de trampas y cebos envenenados. En ocasiones, también eran ayudados por algún can, aunque este último método era más común en ciudades como Londres, donde se cazaban ratas no sólo por higiene, sino también por diversión, pues con ellas hacían luchas con perros, en las que ganaba el perro que más roedores consiguiera matar en el menor tiempo posible.


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En el caso de España, también fue un oficio de cierta popularidad, especialmente en las grandes ciudades, donde se pretendía evitar a toda costa la propagación de estas plagas.

Con las nuevas infraestructuras de las ciudades, y los avances en la higiene, este oficio fue en decadencia pero nunca ha llegado a desaparecer por completo, más bien se ha modernizado.

En la actualidad, existen empresas de controles de plagas, cuyo principal acometido, al igual que los cazadores de ratas, es el de acabar con esta serie de plagas, empleando nuevos métodos, como por ejemplo la fumigación de las casas, parques o edificios.


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Por suerte, se ha avanzado muchísimo en cuanto a higiene, tanto pública como privada, se refiere; pero, no hace tanto tiempo en que era común andar por las calles acompañado de estos pequeños animalitos que tanta fobia despiertan en la mayoría de la población.

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