«Al indagar la historia de este pueblo, tropiézase más que en otro alguno con la falta de textos y documentos que nos sirvan de guía y nos digan lo que suceder debió en los tiempos que nos precedieron.«
Hervás y Buendía, Inocente.

Dicc. Geográfico. De la Prov. De C. Real, pág. 447.

HuellasConviene mencionar antes de empezar con la historia humana, que en la Sierra del Moral entre la Desilla y el cerro de las Ollas a cuatro kilómetros aproximadamente, al poniente del pueblo, por encima del colmenar de Dario, existen unas curiosas huellas sobre una superficie plana de una piedra gigantesca, que han venido llamando la atención de estudiosos durante largo tiempo, por lo que se ha buscado la más curiosas y variadas explicaciones, casi siempre en relación con primitivas culturas. En otros lugares como el colmenar de gallina y en diversas zonas de la región como en la Sierra de Granátula y de Villamayor, se pueden observar tales huellas, hoy podemos comprobar que estos pertenecen a un protozoario y a huella de los cuales disponemos de pistas que quedaron grabadas sobre un sedimento árido: restos de habitáculos, rastros que dan a entender la locomoción de anfibios y de algún tipo de Placodos, retiles de aguas poco profundas, de la familia de los Placodermos, posiblemente del primer periodo del Mesozoico, o el llamado Triásico, de esto hace 200 millones de años aproximadamente.

Desde la más remota antigüedad nuestras tierras han estado ocupadas por antiguas culturas y civilizaciones, las más antiguas de las que podemos hacer mención hoy, son el Paleolítico Medio, en la Sierra del Moral en las proximidades de la llamada cueva de la Mora, en la cual han sido encontrados diversos objetos de esta época, como bifaces y triedros, etc. Posteriormente la zona del río Jabalón es habitada por una raza Neolítica que ocupa gran parte de la ribera de dicho río, de los cuales disponemos de gran números de objetos algunas de ellos curiosos de gran valor culturas. Esta raza deja de ser nómada y se dedica a cultivar las tierras, a la pesca y al ganado, por lo cual buscan zonas de abundantes aguas y fértiles tierras , este periodo dura desde el 10.000 a.C. al 2.000 a.C. pasando por el periodo neolítico y calcolítico.

Continuando con las culturas, hay que hacer mención, de que en varios puntos de las sierras de este término, son varios los castros en ruinas y murallones de viejas culturas agáricas, entre ellos enterramientos, encontrando sobre la superficie algún utensilio y bastante cerámica de este periodo, con distintos tipos de carenados, de diversos periodos del bronce inicial, medio y final. De hace 1.500 a.C., de la edad del hierro, también han sido encontrados algunos objetos, en este mismo lugar como falcatas y otros, lo cual nos da a entender que los Iberos ocuparon la misma sierra. También parece probable que existan otros en la zona Meridional del término, donde se ven numerosos toriles en las laderas, pero hasta ahora no tengo referencias suficientes.

Varios testimonios existen sobre la dominación Romana en este área entre ellos el paso de la vía transversal desde Mérida a Levante, siguiendo la falda de la sierra, desde Anavete, hoy finca de la Caridad por el camino Real de Almagro a Valdepeñas y a la Solana, si bien esta trayectoria necesita una comprobación y una identificación, con el camino empedrado, por otra parte los ramales de vías pecuarias cruzan por este término, uno de ellos próximo al N.O. del pueblo, que procedente de Manzanares y Siles se dirige a la Cruz de las Verdas cerca de Zuqueca, y otro secundario que cruza casi todo el término en dirección de las Dehesa de Mudela y Fresnedas, los cuales habrá que tener en cuenta para investigar sobre las Vías Romanas.

Así mismo contamos con el probable basamento romano de la iglesia Parroquial, la cual nos da a entender la existencia de un poblado de cierta importancia en las proximidades ORETUM, ciudad de gran privilegio como capitalidad de la Oretania.

Moral de Calatrava debió empezar a construirse a partir de la batalla de las navas de Tolosa, año 1.212, en que la Orden de Calatrava comenzó a repoblar la zona al estar el territorio pacificado. Su nombre seguramente, al ser zona de abundantes moreras, vendrá de un árbol (moral o morera) que servía para distinguirla de otras casas que habría en la zona.

El documento más antiguo (existente en el archivo del convento de Calatrava) que se conoce y que hace referencia Moral de Calatrava, es una licencia concedida en 1.386 por D. Pedro Alvarez Pereira, XXII Maestre de la Orden a D. Pedro de Cáceres, vecino de Moral, para construir un molino sobre el Jabalón, el llamado después de Santiago.

Ya en un principio fueron extensos y dilatados los términos del Moral, por Oriente linda con los de Valdepeñas en los despoblados de Corralrubio de Jabalón, y en el de las Aberturas, después ermita de la Consolación, a cuya Virgen hacia este concejo función solemne el 1º de Mayo de todos los años, por pertenecer aquel santuario a su jurisdicción. Le disputó tenazmente Valdepeñas ese derecho, dando origen a costosos litigios y ruidosas competencias, las que terminaron con la dejacion que hizo el Moral al arruinarse la ermita en el triste periodo de la invasión francesa. Al norte partía lindes con Bolaños y Almagro en el Pardillo, y con esta cabeza de todo el Campo y Granátula en el Priorato de Zuqueca, Rochas y Alaclanejo por poniente y mediodía. La jurisdicción del Moral en Zuqueca dio también origen a pleitos y querellas innumerables, en las que intervinieron repetidas veces los gobernadores de Manzanares y otros jueces especiales nombrados por el consejo de las Ordenes; haciéndose deslindes y apeos frecuentes, sin que por esto fueran bastantes a terminar las porfiadas cuestiones de estos pueblos.

La Orden de Calatrava recibió en donación este territorio en 1.158 para defenderlo y repoblarlo, concedía a cada colono una yugada de tierra para labrar (aprox. 30 Has.) y solar para hacer casas. Los pueblos se fundaban sobre villares antiguos, es decir donde anteriormente habían existido otros según denotaban sus ruinas, lo que era mayor garantía de que las tierras cercanas eran de buena calidad.

En esta primera época la actividad ganadera debió adquirir mucha mayor importancia que la agrícola, a causa de su fácil traslado en caso de guerra, y esta supremacía la conservó hasta mediados del siglo XVI con un gran auge cerealista. Los fueros de población establecían la condición para ganar vecindad la de plantar una aranzada de viña y construir una casa tejada, lo que indica la importancia que se concedía a mantener un cultivo de raíz que fijaba a los pobladores en el territorio, cuando ya éste se suponía pacificado.

Los fueros de población de esta región, resaltaba la obligación de la puesta de viña, siendo su principal razón los motivos religiosos, por la prohibición musulmana sobre el vino, aunque la causa principal era la de mantener la población en la tierra. esta obligación de la Orden ha hecho que la viña sea actualmente mayor riqueza de la Región.

Moral empezaría de esta forma su nueva historia, sobre las antiguas ruinas de algunas casas de Oreto «…en 1.734 se principió la iglesia en el mismo lugar de la antigua, en cuyos cimientos se hallaron monedas del citado Wamba y se concluyó en 1.752…» (Dicc. Pascual Madoz, Tomo XI, pág. 581).

Seguramente empezó alrededor de la actual ermita de San Roque al estar el Pozo de la Buena, pozo público con agua buena como su nombre indica. Sería la ermita de San Roque posiblemente la primera y dedicada a este santo protector de las epidemias que tanto intervinieron en nuestra historia, y las primeras calles las actuales de San Roque, Tercia, Labradores, Moral, Molina, General Aguilera, Capitán, Esparto, Santísimo, Virgen Oro, Garzo, Rincones, Herreros, etc.

Por ser aldea de Almagro no figura con independencia durante la Edad Media, por la que carecemos de datos hasta el siglo XV, en la que consta una licencia (documento más antiguo que de este pueblo existe en el archivo del convento de Calatrava) para construir un molino en el Jabalón, conocido por el de Santiago. Esta licencia fue concedida por el Maestre Alvarez Pereira, XXII Maestre de la Orden, al vecino de Moral Pedro de Cáceres en 1.356.

En el siglo XV tuvo que tener ya esta aldea importancia equivalente a muchas villas independientes, por cuanto en ella nacieran los hijos del maestre D. Pedro Girón, y en particular en el maestrazgo de la Orden, Don Rodrigo Téllez Girón, que nació en 1.454.

Durante los años 1.535 y 1.544 (30 de abril de este último año)se efectuó la creación de la encomiendo del Moral en sustitución de la Otos, firmando la permuta el Rey Carlos I y los Definidores de la Orden de Calatrava , una de las elegidas en el Campo de Calatrava para sustituir a las de Aceca y otros cuyos bienes habían sido incorporados al Real Sitio de Aranjuez, por lo que a partir de aquí se hace independiente de Almagro. Esto hace que el pueblo invierta parte de los impuestos en el arreglo de la localidad, por lo que empezaría atener un mayor desarrollo.

La encomienda tenia en principio un beneficio o juro de 600 ovejas de las que pasarán por el puerto de Villarta procedentes de Cuenca y Molina y además una renta anual de 1.197.870 maravedíes, 75 fanegas y 5 cuartillos de trigo y 186 fanegas y 5 celemines de cebada, así como el valor que tenía la de Otos en casas y palacios cuyo valor ascendía a 688.600 maravedíes.

En el año 1546 el mismo Rey Carlos I, mandó dividir la nueva Encomienda del Moral en otras tres, dado que era de grandes beneficios, siendo las tres creadas la de Almuradiel, la del Situado del puerto de Villarta y el resto para la del Moral.

En 1.575, tenía Moral 800 vecinos según las Relaciones Topográficas.
En 1.579 aparecen 600 vecinos en las Relaciones Topográficas.
En el este mismo año, la discordia por la jurisdicción de la ermita de Zuqueca tomó serias proporciones. Reunidos en Zuqueca los pueblos cercanos, según inmemorial costumbre, para la festividad que en el día del Angel, 1º de Marzo, dedican a la Virgen, no tardaron en surgir las cuestiones de etiqueta, y prescindiendo de la razón y del derecho, apelaron para su defensa a la fuerza, convirtiendo aquel santuario de paz en un campo de batalla. Los alcaldes fueron impotentes para contener la colisión entre los dos pueblos, y dos muertos y varios heridos fueron el triste resultado de aquella funesta jornada. El alcalde mayor de Almagro actuó como juez en aquella sangrienta querella, el que llevado de la pasión de partido absolvió a los de Almagro, a pesar de haber provocado la contienda y sentenció a los del Moral a varias penas, despojando además a esta villa del derecho jurisdiccional que se disputaba. Apeló esta villa a Chancillería de granada, y ésta por sentencia de 11 de Mayo de 1.581, anuló la del alcalde mayor, reconociendo el antiguo derecho del moral «a hacer juntamente con Almagro, actos de jurisdicción civil y criminal en la Ermita de Zuqueca y su término».

Al separarse Granátula de Almagro y constituir su concejo, renovó las antiguas disidencias con el moral sobre el deslinde de sus términos, el que nuevamente se practicó por mandato de la audiencia de granada y por convenio de los dos pueblos, dividiendo la dehesa encomienda de Montanchuelos por mitad, y siendo otra vez reconocida la preeminencia del alcalde y justicia del Moral de entrar en la ermita de Zuqueca y su término con vara alta de justicia, como entró, ejerciendo actos de jurisdicción civil y criminal. Este derecho caducó, pero la cuestión de términos aún siguió dando en qué entender al Consejo de las Ordenes, el que puso en vigor aunque sin resultado, el deslinde practicado en el año 1.600.

El gobierno y administración de este pueblo estaba a cargo de su justicia elegida todos los años el día de San Miguel en la forma común al Campo de Calatrava. Constaba ésta de dos alcaldes ordinarios para cada uno de los estados llano y noble, cuatro regidores y demás oficiales elegidos por el concejo. Para formar parte del estado noble, tener opción a las preeminencias que le eran afectas y a los cargos concejiles, que les estaban señalados por las leyes de Castilla y reales privilegios, habían de manifestar sus ejecutorias ante el real consejo de las Ordenes; probada su hidalguía, librada aquel despacho en nombre de S. M. Ordenando su incorporación. Fácil es el conocer, que éste, como todos los dualismos había de producir sus naturales frutos de rencillas, competencias y rivalidades. El estado llano, celoso siempre de sus derechos, veía en el alcalde para el estado noble una jurisdicción privilegiada y privativa más que de una clase, de una familia, y la odiaba por lo tanto. Es estado noble, con su ingénita altanería y resistencia a dar cuenta cumplida de su administración no correspondió en más de una ocasión a lo que de él exigían sus privilegios y posición social; así es que, el estado llano dificultaba y resistía el cumplimiento de los mandatos del Consejo, necesitando los nobles para su reconocimiento y admisión mandamientos repetidos de aquel alto cuerco y aun de la audiencia de Granada. El alférez mayor, cargo hereditario creado en tiempo de Felipe III, ocupaba el primer asiento tras los alcaldes, asistía con voz y voto al concejo y gozaba de las demás preeminencias de su oficio.

Es curioso la disminución tan grande de población en tan solo cuatro años. Es posible que se debiera a las epidemias y fiebres que producían en los años lluviosos las lagunas que rodean Moral como posteriormente ocurre y aparece documentación. Es en Moral la mayor fuente de riquezas la agricultura desde los primeros momentos de su historia y en esta época los cereales como en toda Castilla, aunque también aparece en segundo lugar la viña.

Se principió a edificar el convento de frailes Franciscanos de la reforma de S. Pedro de Alcántara el 14 de Mayo de 1.625. el fundador del Convento fue Juan Domínguez García, al dejar un Patronazgo para su construcción en su testamento. Esto quiere decir que esta parte de moral ya se extendía hasta este, hasta el convento, y seguramente sería la actual calle de los Labradores una de las más importantes de la localidad.

En 1.640, con motivo de la sublevación de Cataluña, el pueblo de moral aportó, en hombre y equipo, una considerable fuerza al mando del Capitán D. Andrés García Espinosa.
En 1.646 Felipe IV por cédula de 10 de Junio de 1.646 concedió a esta villa el importante privilegio; probablemente como consecuencia de los actos acaecidos en el año 1.640; de que sus alcaldes conocieran en primera instancia; independiente de los Alcaldes Mayores de Almagro y dependiente judicialmente solo de la Chancillería de Granada; de los negocias civiles y criminales de sus vecinos. Por esta concesión se obligó a pagar de quince en quince años 30.600 maravedís de plata y 33.405 de vellón, lo que como carga del concejo se abonaba de sus fondos. Como este privilegio cercenó las atribuciones y derechos del alcalde mayor de Almagro a quien competía esta jurisdicción, no cesó en ningún tiempo de reclamar contra él y suscitar a cada instante su revisión por los visitadores de la Orden, pero sin resultado; porque esta villa fue mantenida siempre en su legítimo derecho, y lo ejercitó sin interrupción hasta la abolición de las jurisdicciones privilegiadas y nueva organización de los tribunales de justicia.

En 1.740 fue obligado este Ayuntamiento a presentar su privilegio en Almagro, el que no le fue devuelto, a pesar de las gestiones que hizo y de exhibir el recibo, que cuidadosamente conservaba. Si esta violencia del alcalde mayor y momentáneo triunfo de sus constantes intrigas no fueron de resultado práctico alguno, en cambio privó a este concejo de tan valioso diploma y a nosotros de conocer las causas que lo motivaron.

Aunque la triste situación económica de aquel infortunado reinado hizo apelar al deshonroso recurso de la venta de gracias, para allegar recursos al exhausto tesoro, no puede negarse que la indemnización que abonaba el Moral por su codiciado privilegio era pequeña con relación a la pujanza de esta villa, una de las más ricas y florecientes del Campo de Calatrava en aquella centuria, y a los poderosos recursos con que contaba su concejo. Coincidiendo esta exención con los servicios que esta villa prestara a Felipe IV en la guerra de Cataluña, debemos creer que alcanzó a éstos no pequeña parte del logro de esta gracia.

En 1.751 cuentan que abandonaron más de 200 vecinos la villa, como consecuencia de las numerosas epidemias «tercianas», provocadas por las lagunas malolientes que se formaban en la mesa que el terreno forma al pie de la Sierra de la Garganta hasta Sierra Prieta.

En 1.754 Moral contaba con 580 vecinos, según el Catastro de la Ensenada. Como vemos la población de Moral sigue descendiendo ya que en este siglo varias epidemias de fiebres palúdicas castigaron la población y la abandonaron con menos de 200 vecinos con sus respectivas familias y ello a causa de varias lagunas que rodean sus cerros y en los años abundantes de aguas se llena y no se secan en verano. El problema era enorme por la cantidad de enfermos y muertos que producía, de tal manera que las familias adineradas pasaban los veranos en los pueblos de alrededor.

En dicho Catastro aparecen los siguientes trabajos:
Administradores
1 Notario, 6 Boticario, 1 Preceptores de Gramática, 1 Cirujanos, 1 Tejedores, 3 Ministros Ordinarios, 2 Escribanos, 2 Medicos, 1 Sacristanes, 6 Maestros de primeras letras, 2 Tenderos por menos
En 1.768 Moral contaba con 3.176 habitantes según el Censo de Aranda.

En 1.784 este Ayuntamiento cayó en la cuenta de que no desaparecerían las tercianas, mientras los arroyos siguieran depositando sus aguas en las lagunas que rodeaban el pueblo. Se decretó el arreglo y dirección de las vertientes y saneamiento de las lagunas, confiando el estudio del proyecto a D. Antonio García, arquitecto de ciudad Real, y encargado en aquel tiempo de las obras del río Guadiana. Al año siguiente se iniciaron las obras, dando a las aguas el curso conveniente para que en su mayor parte vertieran en Calderón, y desde este charco construyó un canal hasta el Jabalón, construyó lo que hoy se conoce por «La Rambla», la cual canaliza todas las aguas hasta el río, evitándose desde entonces las enfermedades palúdicas, siéndole reconocido a este hombre su gran labor por el beneficio tan grande que hizo a esta villa.

De esta manera se evitaba la inundación de la Laguna, de donde tan triste y larga experiencia enseñaba que venía el mayor daño.
En 1.787 Moral tenía 1.200 vecinos y 4.972 habitantes, según el Diccionario Miñano. La población experimenta una subida espectacular casi del 60 % en tan solo 40 años. No es de extrañar al sanear las lagunas de alrededor y desaparecer las epidemias.

En 1.848 Moral contaba con 824 vecinos y 4.120 habitantes según el diccionario Madoz, gran retroceso de su población aunque no sabemos las causas.
En 1.887 contaba Moral con 1.690 vecinos, según censos citados por Hervás, lo que indica el gran aumento de la población en estos años, los trabajos agrícolas son numerosos, el cultivo de la vid y en especial el olivo hacen de Moral uno de los pueblos más prósperos.
El miércoles 13 de Febrero de 1895, la Faceta de Madrid, en la página 551, publica:

CRONOLOGIA HISTÓRICA

«Queriendo dar una prueba de Mi Real aprecio a la villa de Moral de Calatrava, provincia de Ciudad Real, por el aumento de su población y progreso de su agricultura; Vengo a conceder a la expresada villa el título de ciudad.Dado en Palacio a doce de Febrero de mil ochocientos noventa y cinco.
MARIA CRISTINA
El Ministro de la Gobernación: Trinitario Ruiz y Capdepón».

En 1.897 se contabilizan en moral 1.695 vecinos y 5.970 habitantes, según los censos que nombra Hervás. Lo que indica que se mantenía la población y el trabajo en la localidad.

En 1.950, Moral tenía 8.129 habitantes según el Diccionario del Movimiento, llegando a su máxima población en estas fechas. En la primera mitad del siglo XX, se produce la gran expansión demográfica de moral, su agricultura, sus industrias de transformación en especial bodegas y almazaras, ayudados por las mejoras del transporte y en especial el ferrocarril «El Trenillo de Moral» (tren de vía estrecha que unía Valdepeñas con Puertollano con numerosas estaciones y apeaderos). Las vías entraban hasta el interior de las bodegas para mejorar la carga y descarga de toneles y bocoyes. El encaje también tiene gran importancia existiendo casas en las que las muchachas y jóvenes lo trabajaban cobrando por trabajo realizado, también se hacía particular, luego se vendía fuera de la localidad, en especial en Madrid y Barcelona. La corriente eléctrica se inauguró el miércoles 23 de Noviembre de 1.904.

En 1.974 contaba Moral con 7.244 habitantes según la Revista de la Diputación. Esto es el principio de la gran emigración que se produce debido a la mecanización del campo; tractores, remolques, segadoras y cosechadoras, hacen que poco a poco de los pueblos manchegos se retiren las personas y emigren a las ciudades industriales. En Moral se van especialmente a Elorrio en el País Vasco, aunque también Torrejón y Benidorm son lugares de gran emigración de moraleños.

Actualmente en el censo del Ayuntamiento es de aproximadamente 5.400 habitantes, parece ser que la bajada de población ha tocado fondo y se mantiene o va mejorando poco a poco. Sigue siendo la agricultura a la primera fuente de trabajo y riqueza, sector en el que se han hecho grandes inversiones, especialmente en regadios lo que propicia excelentes cosechas de aceite y vino. La construcción y la confección siguen en importancia.

La zona en la que hoy se asienta Moral de Calatrava se cree que fue habitada en el Paleolítico Medio, como lo atestiguan diversos objetos encontrados en las proximidades de la Cueva de la Mora. Hubo posteriormente un asentamiento paleolítico en las proximidades del río Jabalón, del que también se conservan algunos valiosos objetos.

De la dominación romana existen varios testimonios, como el paso de la vía transversal desde Mérida hasta Levante y el probable basamento romano de la actual iglesia parroquial, cuya antigua función, por su extensión y solidez, nos hace pensar que pudo estar destinada al servicio público (horreum, casa de la curia, etc). La ermita de San Blas se cree también que fue en época romana una mansión construida al pie de la mencionada vía.

La existencia de Moral de Calatrava como núcleo urbano es motivo de controversia. Algunos autores afirman que en 1212 Moral era ya aldea dependiente de Almagro, alegando que D. Rodrigo Ximenez, Arzobispo de Toledo, afirma en sus Crónicas de España y de Las Navas de Tolosa:
Muchas gentes de Almagro, Moral e otros burgos e comunidades de Calatrava ficieron grande esfuerzo en aquella victoria” . Este dato da, pues, carta de existencia, así como la bordura en azul en su escudo de ocho aspas de oro, emblema que concedió Alfonso VIII, con privilegio y título de Muy Leales, a todas las comunidades y pueblos que acudieron en su ayuda en la batalla de Las Navas.Hervás y Buendía, por el contrario, cree posterior su nacimiento, ya que ni Alfonso VIII, al señalar los términos y pertenencias de la Orden de Calatrava, ni el Papa Honorio III, al conceder al Arzobispo de Toledo (D. Rodrigo) las iglesias liberadas de los musulmanes, hacen mención de Moral de Calatrava.

Se carece de datos hasta el s. XIV, en el que, según Hervás, consta la concesión de una licencia para la construcción de un molino en el Jabalón (conocido como el de Santiago) por el Maestre Álvarez Pereira al vecino de Moral Pedro Cáceres en 1386. Manuel Corchado Soriano, por otra parte, menciona la licencia y advierte el fallecimiento del Maestre el 15 de agosto de 1385 en la batalla de Aljubarrota y la imposibilidad de encontrar el citado documento.

En el s. XV debió tener la aldea de Moral cierta importancia, como lo corrobora el nacimiento de los hijos del Maestre D. Pedro Girón y, en particular, el que le había de suceder, en la concordia de 13 de junio de 1482, en el maestrazgo de la Orden D. Rodrigo Tellez Girón, que nació en 1454.

Entre los años 1535 y 1544 se creó la encomienda de Moral, una más de las encomiendas nacidas en el Campo de Calatrava para sustituir a las de Acea y Otos, cuyos bienes habían sido incorporados al Real Sitio de Aranjuez. Durante este periodo debió conseguir Moral de Calatrava su independencia de Almagro ya que en 1565 se acometió la construcción de un puente sobre el Jabalón, cerca de la ermita de Santiago, exponiendo Felipe II ser de utilidad pública por ser camino entre La Mancha y Andalucía, conminando a los municipios de Daimiel, Almagro, Viso y Santa Cruz a contribuir a la construcción del mismo, demostrándose, con la mención de Almagro, que Moral gozaba de independencia. Reafirma esta teoría la batalla que, por motivos de preeminencia, tuvo lugar el 1 de marzo de 1579 en la fiesta de Nª Sra de Zuqueca. A raíz de estos acontecimientos y por sentencia de la Chancillería de Granada de 1581, se equipara la posibilidad de acceder a la ermita, a pesar de encontrarse ésta en la demarcación de Almagro y Granátula, dado que era imagen titular de muchos pueblos del Campo de Calatrava.
Felipe IV, por cédula de 10 de junio de 1646, concedió a la villa jurisdicción en Primera Instancia, habiendo pagado por la consecución de este privilegio cada 15 años 30.600 maravedíes de plata y 33.405 de vellón. Cantidad pequeña en comparación con la riqueza que poseía la villa, por lo que se cree que la obtención de la potestad para impartir justicia se debió, principalmente, a la aportación de Moral de una importante fuerza al mando de D. Andrés García Espinosa, en la campaña para sofocar la sublevación de Cataluña en 1640.

En el s. XVIII Moral gozaba de un buen desarrollo económico debido a la producción de verduras y hortalizas, al abrigo natural de sus cerros. Algunas legumbres, como las habas, y las verduras, especialmente la lechuga y la col, eran primicia en las poblaciones de nuestro entorno. La producción de vino se estimaba en 15.000 arrobas y la de aceite en 30.000. La ganadería contaba con 10.000 cabezas de ganado bovino y 3.000 de caprino.

El miércoles 15 de febrero de 1895 se proclamó a Moral de Calatrava como ciudad por la Reina Regente María Cristina. [1]
En la primera mitad del s. XX se produjo el gran periodo de florecimiento en agricultura e industrias de transformación (bodegas y almazaras) y la explosión demográfica, favorecido todo por la llegada del ferrocarril (el trenillo del Moral), cuyas vías entraban hasta las bodegas. La luz eléctrica llegó a Moral el 23 de noviembre de 1904.