Recuerdos del pasado.- El puentecillo

Lorenzo Fernández Molina.- En la explanada que hay en la parte delantera del Mercado y comunicando la calle, hoy Constitución, existía un puente denominado “El Puentecillo”.

A él confluían dos aportes de aguas; por un lado y desde la calle Mercado venían las de la parte de la plaza, calles de aquella parte del cerro y por la calle Gral. Espartero (hoy dividida) las aguas de aquel lado del Paseo y por donde se dio salida también, cuando el arroyo se desbordaba y bajaba hacia el pueblo salvando la separación de la carretera de Manzanares y se precipitaba inundando el pueblo, siendo conducidas las aguas a través de la callejuela desde el Paseo y la calle Real y saliendo luego por las calles laterales hasta confluir ambas en el Puentecillo.


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La comunicación hacia arriba desde la calle Capitán y General Espartero (hoy dividida), se hacía por una rampa con un ligero muro en la parte de la pendiente y desde la calle Mercado (hoy D. Rodolfo Pérez Guzmán) a Constitución se accedía mediante un puente de chapa que salvaba una canal de aproximadamente un metro de anchura por casi otro de profundidad y que iba a desembocar en el puente mencionado y que en la época de lluvias recogía las aguas de las calles de la sierra y sobre todo del arroyo de Valdoro o Valdorico donde existió el tal.

El puentecillo representaba, en parte, un extremo del pueblo, a partir del cual se formaba un arroyo que en este tiempo canalizaba las aguas sucias, seguía el cauce del callejón (hoy calle Comendador) hasta llegar al cruce de la carretera de Almagro (calles Mercedes, Bolaños y Castilla la Mancha) y que la sobrepasaba bajo un puente.

Todo campo sin edificar salvo dos huertos amurallados en la acera de la izquierda de la carretera y después del puente y arroyo (hoy pico edificado por Salón de bodas y alguna vivienda), un huerto (en triángulo de mi abuelo) y el Matadero Municipal.


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El pueblo, en aquellos años, estaba dividido en barrios, muy marcados, muy definidos. De tal forma que las pedreas estaban a la orden día (había muchas piedras en las calles para poderlas hacer) y el enfrentamiento entre barrios próximos era muy común. De allí se pasaba al enfrentamiento de muchachos por cualquier causa más o menos justificada. ¿Y donde se celebraban las peleas? El desafío, muchas de las veces, era en el Puentecillo.

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