Tomás Fernández Moreno.- Francisco Ruiz Castro, nació en Moral de Calatrava el 22 de febrero de 1931. Desde muy pequeño se sintió atraído por el mundo de las artes. Participó en algunas obras de teatro y formó parte de la banda de música municipal de Moral de Calatrava.
Pero su verdadera vocación fue siempre el dibujo y la pintura, actividades artísticas que desarrolló de una manera autodidacta durante su corta vida.
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Su gran interés y afición al arte de la pintura y su madera de artista le llevó a
presentarse a varios certámenes de pintura, en la provincia de Ciudad Real a principios de la década de los sesenta, alcanzando el Primer premio del II
Certamen de Moral de Calatrava y una mención honorífica en el Concurso Nacional de Pintura de 1963 celebrado en Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
Tenía gran experiencia y soltura en el manejo de los pinceles. Dibujaba muy bien, con modos muy académicos. Casi siempre pintó lo que más quería: su pueblo, sus gentes, sus paisajes y todo lo cotidiano que le rodeaba. Su arte y su talento natural para el dibujo y la pintura se quedaron, tristemente, en los comienzos y no nos cabe duda de que hubiera llegado a ser un gran artista, como lo corroboran algunas de sus obras.
Francisco Ruiz Castro tuvo como referente artístico a su paisano y maestro: Jesús Velasco Espinosa y este referente se vio principalmente reflejado en la realización de los bodegones y en los paisajes de nuestros campos. Francisco Ruiz pintaba lugares comunes que toda la gente del pueblo conocía; los colmenares, el navajo, algún rinconcito típico del pueblo, etc.
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Haciendo y realizando la pintura más en directo que en el estudio, para así plasmar la luz y el color real de las cosas. La exposición nacional de Valdepeñas, le enseñó mucho y le abrió las puertas a nuevos conceptos artísticos. Ya en sus últimos cuadros se aprecia esta influencia y comienza en él algo distinto, más onírico y con un tratamiento plástico más atrevido.
Francisco Ruiz Castro falleció el 4 de julio de 1964 a la temprana edad de 33 años. Sin duda alguna Moral de Calatrava perdió ese día a un gran artista, como quedó reflejado en la exposición que se realizó en el año 2004 en Moral de Calatrava, como homenaje póstumo, con una amplia recopilación de muchas de sus obras, después de cuarenta años.
