Personaje Ilustre del siglo XIX Joaquín Tercero.

JOAQUÍN TERCERO (Coronel del Ejército Carlista).- Nació a principios del Siglo XIX en Moral de Calatrava, localidad donde se había afincado su padre D. Joaquín Tercero, natural de Miguelturra, tras casarse con una moraleña.

Hijo de militar cualificado, ya que su padre luchó durante la guerra de la independencia contra los franceses y en 1824 fue nombrado comandante jefe del 2º Regimiento de Caballería en línea del Ejército Español con el grado de Coronel. Durante la primera guerra carlista D. Joaquín Tercero (padre) fue detenido por las autoridades francesas y encarcelado en Bayona (Francia) cuando intentaba cruzar la frontera con un escuadrón carlista para engrosar las filas facciosas.

Tras el Manifiesto de Abrantes, del 1 de octubre de 1833, dictado por el aspirante al trono de España Carlos María Isidro de Borbón, estalla la primera Guerra Carlista. Joaquín Tercero hijo, siendo aún muy joven, intentó constituir una partida que combatiera a favor de la causa carlista en su pueblo natal Moral de Calatrava, junto al Capitán Macilla, antiguo combatiente de la Guerra de la Independencia y también natural de Moral de Calatrava; pero este intento de levantamiento fracasó. Fue entonces cuando se unió a las facciones de su familiar Cándido Tercero, que se había levantado en Miguelturra, y a las de los hermanos Palillos de Almagro y de Manuel Pérez Morago junto a  otros oficiales como: Perfecto y Orejita, poniéndose a las ordenes de General Mir.

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A últimos de agosto de 1835 todas estas partidas juntas intentan el asedio y asalto a los pueblos de Almuradiel y El Viso, donde la población junto al ejército isabelino logró resistir. El día 9 de septiembre de 1835, tras varios días de persecución, tuvieron un enfrentamiento con un escuadrón de la caballería de las tropas isabelinas, en las inmediaciones del Cristo del Espíritu Santo (pedanía de Malagón) donde perdieron un hombre y desertaron otros cinco que habían reclutado anteriormente en la población de Malagón.  Más tarde en el año 1.837 lucha junto a las partidas de su tío Cándido Tercero, la de Peco y la de Jara, estas partidas desarrollarían la mayor parte de sus acciones en la franja limítrofe de la Mancha con Extremadura. Entre las acciones más crueles de estas partidas facciosas está la del asalto al pueblo pacense de Castilblanco, el 25 de mayo de 1837, donde prendieron fuego al Pósito Municipal, en el que estaban guarnecidas las tropas isabelinas, el incendio fue de tal magnitud que se propagó tres manzanas afectando a dieciocho casas y a la Casa Consistorial de la población. Según informes de la época su partida, junto a la de Orejita, llegó a ser una de las más numerosas, y estaba compuesta por unos 500 hombres y unos 400 caballos. 

El 11 de septiembre de 1837 formó parte del contingente que acompañó al pretendiente al trono Carlos V hasta las inmediaciones de Madrid con la intención de negociar, el gobierno de España, con la Regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, madre de Isabel II.

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 Al término de la 1ª guerra carlista, en 1840, nuestro personaje ya había adquirido una importancia y nombre relevante, dentro del panorama carlista, por lo que fue perseguido sin descanso, por las tropas realistas, para poder ser ajusticiado. El 12 de julio de 1841 el jefe político de Ciudad Real preparó un reconocimiento exhaustivo de una casa de la localidad de Miguelturra, donde se suponía se encontraban escondidos su familiar Cándido Tercero y Joaquín Tercero. Pero el intento fue fallido y éstos lograron huir hacía los Montes de Toledo. Según informaciones de la prensa de la época, a finales de 1841 y principios de 1842 habían logrado reunir una pequeña partida de fugitivos carlistas que practicaba el bandolerismo en las inmediaciones de los Montes de Toledo.

 A finales del año 1846 se origina la segunda guerra carlista, donde D. Joaquín Tercero entra otra vez rápidamente en acción a favor de la causa “montemolinista” apoyando al heredero del trono Carlos Luís de Borbón, Conde de Montemolins, Carlos VI para los carlistas. Esta guerra tuvo menos resonancia que la primera en la Mancha y quedó circunscrita, casi en su totalidad a la zona de Cataluña, No obstante durante 1848 se constituyeron algunas partidas carlistas en Castilla y Extremadura.  Gracias al prestigio adquirido por sus acciones en la primera guerra carlista, D. Joaquín Tercero, es ascendido a Coronel de los ejércitos carlistas que deberían operar en el norte de Andalucía. En su facción se encontraba, su antiguo amigo y compañero, Venancio Jerónimo Peco y Céspedes famoso guerrillero de la 1ª guerra y que fue jefe de la partida de los “Guarduños”. Tras el fracaso de esta segunda intentona carlista y dada su condición de oficial, D. Joaquín Tercero tuvo que exiliarse por algún tiempo a la vecina Portugal junto a otro importante carlista manchego, el brigadier D. Vicente Sabariegos y Sánchez natural de Piedrabuena (Ciudad Real). En 1856-57 regresa a Moral de Calatrava. En España gracias a la entrada de los gobiernos moderados de O’Donnell, tras el periodo progresista, se había levantado la mano sobre la persecución carlista. Este periodo lo pasó D. Joaquín Tercero olvidado e ignorado por muchos, pero admirado y protegido por otros; como fue el caso del prestigioso D. Agustín Salido, afincado en Moral de Calatrava, quién simpatizante de la causa carlista y siendo gobernador Civil de la provincia de Ciudad Real, tuvo a bien concederle una paga a su amigo D. Joaquín Tercero, según reza en el Boletín Oficial de la Provincia de fecha 4 de 1867: “Se acuerda: – Conceder una para de 300 reales al viejo Brigadier D. Joaquín Tercero de Moral de Calatrava” 

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  En 1868 triunfa en España la Revolución de la “Gloriosa” por la que es derrocada la Monarquía de Isabel II, quien se exilia a París hasta su muerte. Esto dio lugar a un gobierno provisional presidido por el General  Serrano. El nuevo gobierno convocó Cortes Constituyentes, que con una amplia mayoría monárquica, proclamaron la Constitución de 1869, que establecía como forma de gobierno una monarquía constitucional. Esto enfurece a los carlistas y empiezan a surgir brotes de insurrección en toda España, con una doble componente de religión (arraigado catolicismo) y bandolerismo.  A principios de 1869, el ya anciano, D. Joaquín Tercero y Juan de Ballesteros habían formado una numerosa partida carlista, que según informes militares constaba de un centenar de hombres y unos treinta caballos y que volvían a operar, como en la primera guerra carlista en la zona entre Ciudad Real y Extremadura, donde asaltaron pueblos como Agudo y Saceruela. Los días 24 y 25 de junio de 1869 D. Vicente Sabariegos, brigadier de las tropas carlistas en la zona de la Mancha, y el viejo Coronel D. Joaquín Tercero se sublevan a las afueras de Ciudad Real con un centenar de hombres, algunos de ellos veteranos de la primera y segunda guerra carlista. La intentona de apoderarse de la capital provincial no prosperó y tuvieron que huir dirección al pueblo de Picón donde se enfrentaron y apresaron a seis componentes de la Guardia Civil. Tras el alzamiento de Ciudad Real Tercero abandonó a Sabariegos y fue en busca del General Polo, quien lo designaría como segundo al mando de sus fuerzas. El coronel Tercero, antes de reunirse con Polo, pasó el día 26 de junio por Caracuel (Ciudad Real), donde puso en libertad a los carlistas presos Aquilino Cavanilles Rubio, Carlos Rubio Cabello y Benito Acedo López, quien se unieron a sus fuerzas.

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Pronto esta forma de vida, con acciones vandálicas propias de bandoleros se tornó irresistible para muchos e hizo mella en algunos de los componentes de estas partidas carlistas. Muchos desertaron, atraídos por el indulto gubernamental y por una posible restauración monárquica de la línea carlista. (Según nota de prensa de la época a finales de julio de 1869 se entregaron, en la Comandancia de la Guardia Civil de Pozuelo de Calatrava, ocho facciosos que habían desertado de la partida de Joaquín Tercero para acogerse al indulto gubernamental). 

El 18 de enero de 1870, la Audiencia de Ciudad Real traslada un oficio a la Sala 1º de Albacete, donde participa haber sentenciado a pena de muerte a D. Vicente Sabariegos y a D. Joaquín Tercero por el delito de rebelión en sentido carlista, sin perjuicio de oírles si se presentasen o fueran capturados. Ese mismo año y en su intento de refugiarse en las cercanías de Sierra Morena ocupa el pueblo de Solana del Pino para hacer acopio de caballos y víveres. Desde estas fechas y hasta la proclamación de la tercera guerra carlista, el 21 de abril de 1872, por parte de Carlos María de Borbón (Carlos VII), la partida de Tercero desarrollaría muchas más acciones vandálicas y de bandolerismo, propiamente dicho, que acciones propias de un ejército en estado de guerra.

Es en el verano de 1873, tras la muerte o apresamiento de la mayoría de los cabecillas carlistas, el veterano Coronel Tercero había sido ascendido a brigadier de los Ejércitos Carlistas del Campo de Calatrava, fue a partir de entonces cuando los combates se hicieron más sangrientos y el cerco del ejercito liberal se estrechó, y donde las partidas carlistas poco coordinadas y muy desmembradas se lanzan a un ataque desesperado para intentar ganar la guerra. La facción de Tercero asalta todos los pueblos que va encontrando a su paso. El día 5 de agosto de 1873 saquea y quema el Registro Civil de El Nerpio (Albacete). El 10 de agosto de 1873 entra en el Pozuelo de Calatrava, requisando armas y víveres y cometiendo otros excesos, con una fuerza de 30 hombres y 15 caballos. El día 12 marcha hacía Porzuna junto a Mergeliza y Merendón, poniendo el día 13 rumbo a Piedrabuena donde requisan víveres, caballos y dinero. El 27 de agosto entra en la población de Alcolea de Calatrava junto a los cabecillas Merendón y Feo del Cariño, con una facción compuesta por unos cien hombres a caballo y unos cuarenta infantes; en esta localidad requisaron dinero, armas, caballos, monturas y alimentos, quemando en la plaza pública el registro civil de la población. Y así continuaron por varios pueblos más. A finales del verano del año 1873, y tras los continuos ataques de las tropas nacionales, la partida de D. Joaquín Tercero queda diezmada y fraccionada. Muchos de ellos huyeron para refugiarse en las estribaciones de Sierra Morena y la Sierra de Alcaraz, donde continuaron durante varios años practicando el bandolerismo para poder subsistir. Según la prensa de la época el día 19-09-1873, “en las inmediaciones de Dos Torres (Sevilla) se presentó un grupo de ocho hombres armados, que se presume formaban parte de la facción de Joaquín Tercero, la cual fue abatida días atrás.”

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El Brigadier Coronel D. Joaquín Tercero supuestamente murió a finales del año 1873, al ser alcanzado por un proyectil en un enfrentamiento con las tropas nacionales en las inmediaciones de Montiel. Durante la restauración borbónica en 1875 y la Constitución de 1876, gobernaba el Ayuntamiento de Moral de Calatrava el partido monárquico (de tendencia carlista) por lo que el Consistorio de Moral decidió, años más tarde, dedicarle una calle a tan insigne representante del carlismo, desapareciendo la misma al proclamarse en abril de 1931 la II República.

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Bibliografía:

  • Revolución Liberal y Neo-absolutismo en la Mancha. J Díaz Pintado. 1998
  • Las Guerras Carlistas. Historia de Ciudad Real.
  • Agitaciones sociales y políticas en la Mancha y Murcia. 1858-1927. Francisco Fuster Ruiz
  • Historia del Tradicionalismo Español. Vol. 23. Manuel Ferrer, Domingo Tejera, José Francisco Acedo.1941.
  • Historias de España en el S. XIX. Vol. 3. Francisco Pi y Margall y Francisco Pi y Arsuaga. 1902.
  • Prensa Histórica del S. XIX. Hemeroteca Nacional.
  • Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real. 4 de febrero de 1867.
  • Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real. Miércoles 1 de octubre de 1873.
  • Estado Militar de España. 1824 y 1825.
  • Periódico El Español. 23-11-1835.
  • La Iberia. 19-09-1873.
  • Periódico La Libertad. 18-10-1929.