Oficios desaparecidos.- El cortador de hielo

Mª Dolores López-Tercero Sánchez.- En la actualidad, la invención de los refrigeradores, tal y como los conocemos hoy día, nos han facilitado mucho la supervivencia y, en especial, la conservación de los alimentos frescos por más tiempo.

Hace años, en aquella época, no tan lejana, en que nuestros padres, abuelos y bisabuelos aún no tenían en sus casas frigoríficos como nosotros, lograban mantener los alimentos en buenas condiciones gracias a las neveras caseras y la actividad del cortador de hielo.


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Pero, si quieres saber más sobre cómo eran estas neveras, cómo era el oficio, ya desaparecido, del cortador de hielo, o de dónde se extraía este material en Moral de Calatrava, Esquina de Mauricio te invita a seguir leyendo.

En los fríos meses de invierno, y casi siempre en las cotas de mayor altura, los lagos sufrían una glaciación que permitía la extracción de grandes bloques de hielo para consumo humano.

Para ello, los cortadores de hielo se desplazaban hasta el lugar del que se iban a abastecer con grandes sierras de casi un metro de longitud, aunque en ocasiones se sobrepasaba esta medida.


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Con la herramienta básica, comenzaban a cortar el suelo helado, para su posterior extracción en grandes bloques, los mismos que más tarde serían transportados hasta las grandes ciudades, desde las que serían repartidos a casas particulares, en trineos tirados por caballos.

Éste era un oficio considerado de gran riesgo, ya que las condiciones de trabajo eran extremas, debido al frío que debían soportar y el peligro que entrañaba cortar el suelo sobre el que pisaban, con la posibilidad de que éste se rompiera y cayeran al agua helada del lago.

Trabajo realizado a diario para proveer de nieve a los clientes que así lo solicitaban y que empleaban este material para sus bodegas o mantener frescos los alimentos de sus neveras caseras, consistentes, por lo general, en un armario con dos puertas, siendo la superior donde se introducía el hielo, junto a algunos alimentos, y la inferior donde se colocaban el resto de comestibles que debían mantenerse frescos.


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Y, no sólo se daba en las grandes ciudades de España, sino que en Moral de Calatrava también existía el uso del hielo para las neveras caseras, aunque en menor medida. De tal modo, era común encontrar puntos en la población de donde se extraía este material y, más concretamente, cerca de la antigua estación del ferrocarril existía un pozo de nieve, explotado durante el invierno para el ya citado fin.