El Barrio de san Genaro se encuentra ubicado entre las calles Dulcinea y Quevedo, justo detrás del mercado municipal.
Este barrio se construyó sobre antiguos terrenos en los que había grandes huertos, cercados por tapias, donde se cultivaban todo tipo de hortalizas.
En este mimo lugar en el siglo pasado se celebraban festejos taurinos: encierros, novilladas, corridas y rejoneo. Existen fotografías que nos muestran este tipo de eventos.
Publicidad:
Según los vecinos, El Barrio se construyó hace unos cuarenta años, bajo la dirección técnica de Don Luis Bados. Cinco años más tarde se hizo una pequeña ermita, adosada a una de las viviendas (Ángel y Mercedes), se puede decir que son los santeros. Desde esa fecha en que la imagen de san Genaro preside la ermita, se vienen celebrando fiestas en su honor. El Barrio tiene una Junta de Vecinos que, año tras año se encarga de organizar las fiestas y mantienen las tradición, desde aquí piden la participación de todos los moraleños para que las fiestas se puedan mantener y celebrar todos los años.
Publicidad:
Se celebra una misa y los vecinos la noche anterior se reúnen alrededor de la ermita donde invitan al resto del pueblo a garbanzos, cacahuetes y patatas asadas. Entre todos pagan una pequeña orquesta que ameniza el baile, donde las tertulias y la música continua hasta bien entrada la madrugada. En los primeros años eran músicos amigos y de manera altruista amenizaban estos bailes: Salvador «el pintor», Juan Ramón «el cubano», Diego «el mocito», Vicente «el zorrito» y alguno más.
Desde hace tres años, el santo es trasladado al templo parroquial donde después de la misa por la tarde del domingo, a hombros de los vecinos, regresa de nuevo a su ermita.
